Lali Espósito estalló en lágrimas y dejó un mensaje inesperado para su mamá ESPECTÁCULO El Intransigente


La familia de Lali Espósito volvió a ser noticia, pero esta vez no por el trabajo artístico de la cantante, sino por el debut literario de su mamá, Majo Riera, que presentó su primer libro Fue un buen verano. La obra narra en primera persona el proceso de enfrentar un diagnóstico de cáncer de mama, y la red de amor que la sostuvo en uno de los momentos más difíciles de su vida. El lanzamiento se convirtió en un evento cargado de emoción, y tuvo su momento más fuerte cuando Lali, con la voz quebrada, le dedicó un mensaje que rápidamente se viralizó.

Las palabras de Lali Espósito a su madre

“Mi madre sacó un libro hermoso. Te admiro y te agradezco todo, mamita mía”, expresó la cantante en redes, sosteniendo el ejemplar con evidente orgullo. En un video que compartió, incluso le pidió a su madre que se lo firmara, bromeando entre risas y lágrimas: “Poneme algo lindo, mirá qué famosa esta escritora…”. Minutos más tarde, Majo replicó la publicación con un simple pero contundente “Te amo”, sellando uno de los intercambios más tiernos del año entre madre e hija.

La editorial que publica el libro definió la obra como “un homenaje al linaje femenino” y una exploración profunda sobre cómo un giro inesperado puede convertirse en un llamado interno. La sinopsis destaca que la autora transforma el dolor en un espacio de gratitud, sosteniéndose en sus amigas, a quienes describe como “el home office del amor”.

En su momento más íntimo, Majo revela que atravesó su diagnóstico en 2020, en plena etapa de separación de su marido tras 35 años de matrimonio. “Hice todo lo que tenía que hacer, incluido raparme”, contó, recordando que nunca sintió miradas de lástima, sino de orgullo. También mencionó que durante una conversación por Zoom con Lali comunicó su decisión de separarse, y la cantante no dudó en ofrecerle su casa para empezar de nuevo.

“Fui con una cafetera, la compu y los libros”, dijo Riera, y recordó cómo sus amigas se turnaron para vivir con ella y acompañarla durante el tratamiento. El capítulo más emotivo llega cuando relata que, al terminar las sesiones de radioterapia en el Hospital Austral, pidió fotografiarse levantando una copa de fútbol que veía todos los días. “El día que terminé, levanté la copa. Y se la mandé a mis hijos”, reveló. “Y todos respiramos”, respondió Anita, su otra hija, entre lágrimas.