Este viernes al mediodía, en el Cementerio Municipal de Lomas de Zamora, se llevó a cabo el acto de señalización del Mausoleo por la Memoria, la Verdad y la Justicia, destinado a resguardar los restos de vecinas y vecinos víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar.
La actividad fue organizada por la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Secretaría de Relaciones con la Comunidad, la Dirección del Cementerio Municipal y colectivos de Derechos Humanos del distrito.
Política pública y eje de gestión
Desde la Subsecretaría de Derechos Humanos destacaron la extensa trayectoria del proyecto y su consolidación como política pública local. Señalaron que la puesta en valor del mausoleo y su señalización son fruto de la articulación entre distintas áreas del municipio, un trabajo que responde a la decisión del intendente Federico Otermín, quien impulsa las políticas de Derechos Humanos como una prioridad y un eje transversal de su gestión.
En este marco, se subrayó la importancia de incorporar la señalización como parte de un proceso colectivo, con herramientas e instrumentos que permitan identificar y reconocer a las víctimas. También se remarcó la necesidad de protocolizar procedimientos para la correcta gestión de los restos de quienes fueron víctimas del terrorismo de Estado en Lomas de Zamora.
Asimismo, se hizo hincapié en la necesidad de sostener estas políticas en un contexto nacional complejo, reafirmando el compromiso con la memoria, la verdad y la justicia, y con la defensa de la democracia frente a los intentos de desjerarquización de los sitios de memoria.

La voz de Juana Campero
El momento central de la jornada fue la intervención de Juana Eva Campero, coordinadora del Espacio para la Memoria ex Pozo de Banfield e integrante de H.I.J.O.S. Lomas de Zamora. Juana fue secuestrada junto a su familia cuando era apenas una niña; sus padres, Juan Carlos Campero y Haydée García Gallo de Campero, continúan desaparecidos. Su historia personal, atravesada por la violencia de la dictadura, da un profundo sentido a su militancia en Derechos Humanos y a cada una de sus palabras durante el acto.
Con firmeza y emoción, Juana expresó: “La creación de un mausoleo dentro del cementerio para albergar los restos de las víctimas del terrorismo que han sido identificadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense es una necesidad ética, histórica y humana. Esos cuerpos que durante décadas han sido desaparecidos hoy reclaman un espacio colectivo donde la memoria y la justicia se hagan cuerpo presente.”
Y agregó: “Este mausoleo es un símbolo. Es el reconocimiento del Estado, una forma de reparación. Un sitio para el duelo colectivo, para la despedida que fue negada.” Campero destacó que, sin un Estado presente, iniciativas como esta no serían posibles, y valoró especialmente el compromiso del Municipio. Propuso convocar a todos los actores institucionales —desde el gobierno local hasta el Equipo Argentino de Antropología Forense y los hospitales públicos— para avanzar en la identificación de restos aún no reconocidos, que podrían corresponder a personas desaparecidas del distrito.
Pidió, además, fortalecer la comunicación pública sobre esta política de memoria, para que las familias que aún buscan a sus seres queridos no queden al margen del proceso por desconocimiento. Señaló la importancia de evitar la revictimización y de garantizar que la sociedad lomense se apropie de este lugar como una expresión de memoria viva.

Participación de organismos de Derechos Humanos
Durante la jornada estuvieron presentes integrantes de agrupaciones y colectivos de Derechos Humanos como H.I.J.O.S. Lomas de Zamora, la Mesa de Trabajo del ex Pozo de Banfield, H.I.J.O.S. Provincia de Buenos Aires, Familiares de la Masacre de Pasco, Barrios por Memoria y Justicia, Banfield por los Derechos Humanos, el colectivo Los Andes tiene Memoria y Temperley tiene Memoria, consolidando así el carácter colectivo y plural de esta iniciativa.
Una construcción simbólica y concreta
Finalmente, desde la Secretaría de Relaciones con la Comunidad valoraron el esfuerzo conjunto para transformar el cementerio en un lugar de vida, memoria y respeto. Resaltaron el trabajo cotidiano de quienes cuidan el lugar, y la importancia de visibilizar cada acción vinculada a la memoria dentro de la comunidad.
Destacaron también el valor simbólico de cada señalización, que permite a las familias encontrar los restos de sus seres queridos y a la sociedad construir una memoria colectiva. Reconocieron, además, el compromiso de los trabajadores y trabajadoras del cementerio, que sostienen este espacio con dedicación y respeto día tras día.