dolor infinito por lo que contó Robertito Funes ESPECTÁCULO El Intransigente


Claro está que Robertito Funes es una de las figuras más destacadas del mundo del espectáculo. El periodista posee una larga trayectoria en los medios de comunicación, y pese a tener tantos detractores como seguidores, el conductor logró encontrar su lugar en la pantalla chica.

Poco suele hablar Robertito Funes sobre su vida privada, pero en una reciente entrevista se animó a hablar sobre su vida familiar, específicamente, sus perros. Sincero, contó que vive en un ambiente que se encuentra en constante caos debido a sus diez mascotas, por lo que eligió mudarse a un espacio más grande. Tanto por su propio bienestar como por el de ellos.

“Estoy viviendo en obra y es un caos; todavía me quedan unos cuantos meses. Me mudé a un lugar con más espacio para mis diez perros, que son lo más importante en mi vida, además de mi madre, mi trabajo y mis amigos. Amo a mis perros”, expresó Robertito Funes, sumamente feliz de poder dar este paso tan importante en su vida.

Sin embargo, en medio del desorden, Robertito Funes reveló que ya tiene en vista un gato callejero y que busca atraparlo para poder sumarlo a su familia: “Estoy con un trampero para poder agarrarlo, castrarlo, que lo vacunen y todo eso”, explicó. En medio de la emoción, recordó la historia de «el only one», un salchicha arlequín con un ojo turquesa y otro negro, al que tiene desde hace 12 años.

También es dueño de Binx, otro perro salchicha, sobre quien contó: “La exdueña lo golpeaba tanto que le había quebrado las patas. Lo rescaté gracias a un veterinario que me avisó”. Por otro lado se encuentran tres sobrevivientes de un terreno baldío: la Rubia, la Morocha y la Mu. Y Bimbo, un perro que se le cruzó de repente en la Panamericana: “Frené y dije: ‘O el perro, o yo, o la camioneta’. Y zafamos los tres”.

Además tiene a Borita, unea perra encontrada en un charco en Mendoza; Pelos, quien se instaló de repente un día en su casa; Pipa, a quien rescató en La Salada mientras buscaba a sus cachorros; y Teresa, a quien encontró en la autopista del Buen Ayre después de una peregrinación. «Son todos rescatados y zafados del maltrato y el deterioro”, manifestó Robertito Funes.

Junto a él trabaja Natalia Baquela, su aliada en la red solidaria: “Nos enteramos de un perro, vamos y lo rescatamos. Si alguien necesita tránsito, me los traen o los busco. Pero ya no puedo tener más porque no hay lugar”. Se trata de una pasión que acarrea desde la infancia: “Siempre. Cuando era chico teníamos dos ovejeros alemanes. Y desde entonces hubo perros, conejos, zorros, loros, gatos. Mi vida es con los animales. Te entendés mejor con ellos que con la gente”.

Robertito Funes