Durante su viaje a la Argentina con motivo de la reunión de presidentes del Mercosur, el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitará mañana a la ex presidente Cristina Kirchner en su domicilio donde se encuentra cumpliendo la prisión domiciliaria. Lula será el primer mandatario en reunirse con Cristina desde su detención.
Mientras que la agenda de Lula incluye una reunión en San José 1.111, el líder brasileño no contempla encontrarse en privado con su par argentino, Javier Milei, más allá de la reunión de líderes del Mercosur. Esto profundiza la distancia entre los lideres del Partido dos Trabalhadores y de La Libertad Avanza.
La relación entre Milei y el actual presidente del mayor socio comercial de la Argentina es tensa debido a los constantes agravios por parte del argentino con su par brasileño, la grieta ideológica entre ambos y la cercanía de Milei con Jair Bolsonaro, rival político de Lula. En numerosas ocasiones, el argentino tildó de «corrupto» y «comunista» a Lula.
Por otro lado, la actual cercanía entre Cristina Kirchner y Lula da Silva va más allá del vínculo histórico e político entre ambos, sino que ahora también incluye el fallo de la Corte Suprema que condenó a la ex presidente a seis años de prisión por la causa Vialidad. La reunión entre ambos se desarrollará en medio de la campaña «Cristina Libre» del Partido Justicialista, similar al «Lula Livre» de Brasil, lema con el que la militancia se manifestó por su detención entre 2018 y 2019.
Aunque la ex mandataria no pudo visitar a Lula durante su reclusión en 2019, quien sí pudo encontrarse con el líder brasileño fue el entonces candidato a presidente Alberto Fernández, que viajó a Brasil en julio de ese año previo a competir como cabeza del Frente de Todos (FdT).
Ambos mandatarios compartieron numerosos encuentros clave durante los años en los que presidieron sus respectivos países. Mas, la relación se debilitó en años recientes debido al protagonismo que tomó Alberto Fernández en el plano regional. Sin embargo, este encuentro marcara una nueva instancia de respaldo personal y político por parte de Lula.
