Gracias a Vaca Muerta, el superávit comercial de junio fue el más alto del año


La balanza comercial dejó un saldo favorable de U$S 906 millones en junio, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El resultado se obtuvo gracias a una suba de 10,2% interanual en las exportaciones, que totalizaron U$S 7.275 millones. En tanto, las importaciones ascendieron a U$S 6.370 millones, con un incremento de 35,9% con relación al mismo mes de 2024.

De esa manera, en la primera mitad del año el superávit acumulado es de U$S 2.788 millones. La suma es apenas la cuarta parte de los U$S 10.742 millones que se habían registrado en el primer semestre del ejercicio anterior.

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Aun con esa salvedad, el de junio se mostró como el mejor resultado parcial de los últimos seis meses. A ello contribuyó en buena medida la performance del rubro Combustibles y energía, que duplicó el volumen de sus ventas (110,5% más) con relación al año pasado, si bien los precios bajaron bastante (17,2%). Así, el sector reportó ingresos por U$S 1.074 millones.

La variable Vaca Muerta

El dato es festejado por el gobierno, que apunta a que la productividad del yacimiento de Vaca Muerta aporte los dólares que se le escapan por el retraso cambiario y el crecimiento de importaciones. Al respecto, la balanza energética (exportaciones menos importaciones del rubro) dejó un saldo en junio de U$S 740 millones, lo que representó más del 80% del superávit total del período. En los últimos 12 meses el sector dejó un saldo neto de U$S 6.735 millones.

Así, el gas y el petróleo de la cuenca neuquina maquillan el pobre desempeño de otros rubros. Las manufacturas de origen industrial (MOI) subieron 12,9%, motorizadas por la mayor exportación de las que se originan en piedras y metales preciosos, productos derivados de la minería. Pero los productos primarios sólo mejoraron 2,6% y las manufacturas de origen agropecuario (MOA) bajaron 0,1%.

Del lado de las importaciones, en tanto, las cantidades aumentaron 53,2% y si el impacto en el saldo no fue mayor se debió a que los precios decrecieron 11,0%. Los bienes de consumo o finales siguen ganando participación y representan el 14% de las compras totales, cuatro puntos más que el año pasado. Algo parecido sucedió con los bienes de capital, que subieron su participación en poco más de seis puntos (representaron el 19,1% de las compras totales).

La suba de las importaciones es sostenida gracias al ostensible retraso cambiario, que también dejó sus huellas en otros ámbitos, como la cuenta corriente (que incluye también los servicios) y los viajes al exterior. La fuerte suba del dólar en las últimas dos semanas podría morigerar la tendencia en los registros del mes en curso.

Así y todo, las consecuencias de esa política cambiaria en el intercambio comercial están a la vista. No es casualidad que en el último mes, el déficit más pronunciado (U$S 675 millones) se haya producido con el bloque del Mercosur, el principal socio comercial del país.

De mantenerse la tendencia actual, a fin de año el saldo favorable con el resto del mundo podría rondar los U$S 6.000 millones, frente a los casi U$S 19.000 millones de 2024, lo que significaría una notoria disminución del ingreso de divisas en un momento en que el gobierno las necesita en cantidad para afrontar sus compromisos internacionales de deuda.