Verdaderamente fuerte fue el testimonio que brindó Alberto Cormillot sobre una etapa oscura de su vida, en una charla donde la sinceridad prevaleció por sobre cualquier pudor. El nutricionista y figura de Canal Trece habló sin vueltas sobre la depresión que atravesó a los 40 años y cómo ese momento marcó un antes y un después en su mirada personal y profesional.
Cormillot relató con crudeza lo que vivió: “Cuando tuve 40 años tuve una depresión que me duró seis meses. Hasta ese momento, la felicidad para mí eran momentos”, dijo, describiendo cómo la alegría dejó de ser un estado sostenido para convertirse en episodios pasajeros. Con esa confesión, el especialista abrió la puerta a una reflexión honesta sobre la salud mental y la vulnerabilidad, incluso en quienes aparentan éxito y control.
El conductor profundizó en el detonante personal que lo llevó a ese punto: “Mi mujer me había jorobado, la pesqué con otro. Me comí un garrón, no tenía ganas de despertarme. Me deprimía verme”. Las palabras, duras y directas, pusieron de manifiesto el impacto emocional de la traición y cómo ésta pudo desencadenar un cuadro depresivo severo. Cormillot no eludió la responsabilidad de buscar ayuda y destacó la importancia de contarlo públicamente para quitar estigma al tema.
A lo largo de la entrevista en Canal Trece, el especialista combinó la confesión con mensajes de contención: habló de la búsqueda de tratamiento, del apoyo profesional y de la necesidad de escuchar a quienes atraviesan momentos similares. Su testimonio llamó la atención por la honestidad y por desmontar la idea de que la depresión es sinónimo de debilidad.
Al cerrar, Alberto Cormillot planteó que reconocer el problema fue el primer paso para recuperarse y que compartir esa experiencia tiene un valor social: ayuda a visibilizar que la salud mental es parte central del bienestar, y que pedir ayuda es un acto de valentía.
