Aquel domingo 22 de junio de 1986, en el Estadio Azteca de México, Diego Armando Maradona marcó a fuego la memoria futbolera del planeta. En los cuartos de final del Mundial, Argentina venció a Inglaterra por 2 a 1 con dos tantos que desbordaron cualquier marcador: el primero, con “la Mano de Dios”, esa jugada pícara, mítica, imperfectamente perfecta; el segundo, una obra de arte inmortal, la acción de todos los tiempos: el Gol del Siglo.
Ese enfrentamiento fue mucho más que un partido de fútbol. Fue identidad, revancha simbólica, redención popular. Y la fecha quedó sellada para siempre en el corazón colectivo de millones. Desde entonces, cada 22 de junio, los maradonianos del mundo celebran no sólo aquellas conquistas, sino todo lo que representaron: una forma de pararse frente al poder con talento, desparpajo y gambeta.
Con ese espíritu, este 22 de junio, a 39 años exactos de aquella jornada inolvidable, se realizó la cuarta edición de la Peña Maradoniana “22 de Junio, más que un gol”. El encuentro arrancó a las 13 en el Espacio Cultural Tacheles, en Alsina 1475, a metros del Congreso , y convocó a todas las generaciones para expresar el amor incondicional hacia el más grande.

Foto: Gentileza Jorge Boido
La peña nació tras la partida física de Diego, impulsada por la Federación de Organizaciones Deportivas de Argentina (FODA) y la revista Meta-Sentidos en Juego. “Venimos militando que el 22 de junio sea declarado el Día del Futbolista y que además sea feriado nacional. Una locura que nos permitimos desde los clubes barriales y desde el amor hacia Maradona”, explicó Mariano Militello, referente de FODA. Desde aquella primera edición en el Club Malvinas Argentinas de Parque Chacabuco, la consigna se mantiene firme: no importa qué día caiga, el 22 de junio se honra.
Durante toda la jornada –que se extendió hasta la noche– se respiró la presencia ardiente del Diez: altar con velas, tatuajes en vivo, feria de remeras y stickers, música de hinchadas con La Percu Argentina, proyección de los goles a Inglaterra y colectivos como Proyecto Pelusa, Justicia x Dios y Pelusa por el Mundo.
Entre quienes integraron la organización de esta nueva edición estuvo Fabián D’Aloisio, miembro de la revista Meta-Sentidos en Juego, que además acompañó la edición del libro presentado en la jornada. “Cada año la peña va tomando mayor relevancia. Este es el año que la llevamos adelante con más fuerza, más participación, más emoción”, expresó. “La peña representa un gran encuentro de maradonianos y también una forma de vincular el arte con Diego, porque ese segundo gol contra Inglaterra fue una pieza artística”.
También dejó una reflexión sobre el sentido profundo que tiene esta fecha: “Diego cada vez está más presente en las juventudes, en la militancia. Y eso es muy importante para mantener el legado. Diego es una llama encendida. Diego es memoria. También tiene que ser verdad. Y debe haber justicia”.
Uno de los momentos más celebrados fue la presentación del libro Relatos con Aura Maradoniana y Otras Maravillas de este Mundo, del periodista Mario Gianotti. “Este libro cuenta el corazón de Diego, pero también lo trasciende. Son relatos maradonianos que laten en los barrios, en los afectos, en luchas colectivas. Porque Diego fue eso: un hombre en llamas que atravesó territorios y nos hizo inmensamente felices”.
El libro
Gianotti recordó historias de personajes populares, futbolistas olvidados, amigos del Diez, militantes de la ternura y la justicia. “Lo atacan desde ciertos sectores porque fue nacional y popular, porque era cristinista hasta los huesos. Diego es el sur de Italia, el sur de nuestro país. Es la clase trabajadora. Y como dijo Galeano: fue el único a quien el poder no pudo desclasar. Por eso lo atacan, por eso no lo pueden apropiar, aunque lo intenten”.
Lo siguió Víctor Hugo Morales, quien además fue homenajeado por el autor del libro. “Yo soy periodista por él, escuchando lo de ‘Pibito’ en mi pueblo. Él marcó un tiempo, lo admiro profundamente”, le dijo Gianotti antes de cederle la palabra.
Víctor Hugo, conmovido, habló desde la entraña: “Un 22 de junio, hace 39 años, Diego me dio una de las alegrías más bellas de mi vida. Y 39 años después, vuelve a darme otra. Es el más bueno de los grandes personajes públicos que conocí. Nos cambió la vida. Diego es alegría popular, justicia poética, un milagro con botines”.
Luego fue el turno de Guillermo Blanco, periodista y amigo personal de Maradona. “Cuando llegué, con todo el barullo del país en la cabeza, me di vuelta y pensé: ¿estoy en Buenos Aires o en Nápoles? Era un quilombo de bombos, cornetas y gente gritando ‘Diego, Diego’ con el mismo acento napolitano”.
El Profe Fernando Signorini compartió su mirada, con ternura y lucidez. “Hablar de mis afectos me cuesta, porque siento que las palabras profanan algo sagrado”, comenzó. Evocó al doctor Oliva, primer médico personal de Diego, y recordó cómo el Diez fue pionero en tener un preparador físico exclusivo. “Hoy al fútbol lo hicieron pedazos. Hay que recuperarlo como argumento formativo y cultural. No vale cualquier cosa”. Y cerró con una imagen entrañable: “Una vez me preguntaron cuál fue el mejor Maradona que conocí. Yo respondí: el papá. El hijo jugaba mejor al fútbol, pero el mejor de todos era Don Diego”.
Darío Villarruel aportó un testimonio visceral: “Conocí a Diego cuando era un pibito con las piernas flaquitas, cuando entrenábamos en un baldío techado. Diego era inquieto, preguntón, tenía poesía popular. No era un intelectual, pero tenía oro en el alma. Y lo repartía en cada pase, cada abrazo, cada postura”. Y cerró con una frase directa y política: “Diego era zurdo para patear y zurdo para pensar. Si el vocero presidencial no lo entiende, le vamos a meter una de zurda”.

Las fotos
Entre las propuestas más conmovedoras estuvo la muestra fotográfica Solo el Pueblo, de Jorge Boido, quien desde hace años retrata cómo los barrios populares mantienen vivo el recuerdo del Diez. Como un lienzo infinito, las calles se transforman en escenario donde el arte urbano prolonga su legado inmortal. En cada mural, en cada trazo, Maradona sigue caminando entre su gente.
“Estas intervenciones reflejan la esencia de Diego, esa coherencia que sostuvo toda su vida. Diego es un dios de barro, el más humano de los dioses, que nunca se olvidó de los suyos”, expresó Boido. Desde el 25 de noviembre de 2020 ha registrado más de 1.500 murales en diez provincias, construyendo un verdadero mapa afectivo de amor y devoción popular. Las imágenes expuestas invitaron a sumergirse en esa conexión profunda entre Diego y su pueblo.
Boido fue distinguido durante la jornada por su compromiso militante con la memoria maradoniana. “Nos han convencido de que Diego es de todos, que está en todos lados. Pero si es de todos, no es nuestro. Lo están despojando de un ídolo, de un santo, de parte de nuestra historia y nuestra dignidad. Diego no está en Recoleta ni en Barrio Parque. Está en los potreros, en los frentes de las sociedades de fomento. Es el Diego de los humildes, de los olvidados de la mano de Dios (…) “Me llevo a mi Diego, el de la alegría, pero también el del compromiso social, el de la rebeldía y la solidaridad. El Diego de la resistencia”.
También se sumaron expresiones artísticas como la de Nora Basilio, artista visual y muralista. “Traje dos obras. Una estuvo expuesta el año pasado y otra la hice especialmente para este evento: un óleo sobre tela donde están Diego y Cristina abrazados, con la frase ‘Vamos a volver’. Esa imagen me representa muchas cosas. El primer Diego, el Pelusa, y el otro Diego, el del compromiso. Eso es lo que más me mueve: su postura, su valentía, su coherencia”, explicó.
“No era un partido más ese contra Inglaterra. Fue un acto de justicia emocional. Un gol con picardía y otro con pura maravilla. El primero viene del potrero, el segundo se va a la eternidad”.
“Cuando nos faltó Diego, necesitábamos, particularmente yo, devolver de alguna forma ese cariño que nos hizo tan felices. Diego siempre lo vi del lado del amor y de lo que unió al pueblo. Entonces la mejor forma de respetarlo era que, donde estemos, esté Diego con nosotros”, compartió Lucas Gartini, conductor de Pelusa por el Mundo, señalando el colectivo ploteado con imágenes del Diez, como un retablo itinerante de nuestra cultura. “Es una locura hermosa. A veces nos preguntamos qué estamos haciendo, pero después alguien se nos acerca, se emociona, sonríe, y todo cobra sentido. Diego es eso: un puente de afecto en cualquier parte del planeta”.
Uno de los momentos más emotivos fue la entrega de los Premios 22 de Junio. Este año, el reconocimiento fue para las Abuelas de Plaza de Mayo. “Los que no apoyan a las Abuelas se hacen los pibes”, había dicho Diego en 2010, cuando acompañó a Estela de Carlotto en la candidatura al Nobel de la Paz. Esa frase volvió a resonar mientras se realizaba la entrega simbólica del premio.
Los nietos
“Nosotros somos nietos restituidos. Nos criamos en barrios populares, como tantos otros, y eso fue clave. No podríamos haber sido encontrados sin el acompañamiento del pueblo. En cualquier casa de cualquier barrio puede estar un nieto o nieta, como estuvimos nosotros”, expresaron conmovidos Pedro Sandoval y Guillermo Amarilla Molfino, quienes recibieron el galardón en nombre de la Asociación.
Pedro nació en el centro clandestino de Campo de Mayo, en 1977, y fue apropiado por un oficial del Ejército. Su verdadera identidad fue restituida en 2006 gracias al trabajo de Abuelas. Guillermo, en tanto, es hijo de desaparecidos, y fue criado por una familia militar hasta que, en 2009, su ADN confirmó lo que el corazón ya sabía: era nieto de Celina Molfino y Guillermo Amarilla. “Nuestros viejos fueron asesinados por el terrorismo de Estado, y nuestras historias de vida son posibles gracias a las Abuelas y al pueblo que no dejó de buscar. Por eso este premio nos atraviesa tan hondo”.
“Maradona siempre acompañó a las Abuelas, siempre estuvo ahí, al pie del cañón, buscando, insistiendo, dando lugar. Tanto él como Sabela abrieron las puertas para que pudieran hablar, contar, llegar. Diego no solo fue fútbol: fue compromiso con la verdad, con la justicia, con la identidad. Y no vamos a dejar de agradecerlo jamás”.
También fue reconocida Mónica Santino, entrenadora y referente del fútbol feminista, por su tarea con el colectivo La Nuestra en la Villa 31. “Diego fue siempre fuente de inspiración. Tenemos un mural suyo en la cancha del barrio Güemes. Es la imagen de él mirando de reojo en el himno, antes del partido contra Inglaterra. Ese gesto dice todo. Diego es símbolo. Nosotras, las mujeres y las diversidades, siempre tuvimos que explicar por qué lo amábamos. Pero para nosotras es claro: Diego no se desclasó. Puso los pies en el barro y nunca los sacó. Eso somos también nosotras. Ese poder popular, ese amor de pueblo, es lo que hoy hay que recuperar”.
Como cierre de la jornada, subieron al escenario los integrantes del colectivo Justicia por Dios. Allí, desplegaron la bandera con esa consigna, reclamando justicia por la muerte de Maradona. La escena se completó con una intervención artística que formó con carteles una frase imborrable: “El pueblo no olvida”.
En diálogo con Tiempo Argentino, José “Coco” Tedeschi, referente del colectivo, expresó:
“Hace cuatro años que pedimos justicia. Diego fue el más justiciero, el más justicialista. El juicio se suspendió de manera vergonzosa, lo sabemos. Todo apunta a Morla. Él se quedó con el nombre de Diego, con su marca. No podemos ser tibios. Tenemos que ser dignos de él. No seamos cagones, seamos como Diego”.
“Hoy gritamos más fuerte que nunca: justicia por Diego. Porque Diego enfrentó al poder. Ese mismo poder que hoy manipula a la justicia, que ampara a los que se enriquecieron a costa de él. No lo vamos a permitir. Vamos a seguir luchando. Porque como dijo Víctor Hugo: el pueblo no olvida”.
Y así pasó otro 22 de junio, con la certeza de que el Gol del Siglo no termina nunca. Porque sigue girando como su zurda endiablada, como su risa desafiante, como su coraje de potrero. Diego no está en el pasado: camina entre nosotros, se mete en las banderas, en los cantos, en cada esquina que lo nombra sin pedir permiso. Diego vive. Y mientras haya un pibe soñando con gambetear al mundo, seguirá jugando este partido.