Juana Viale ha sabido encontrar su lugar en la pantalla de Canal Trece. Gracias a que su abuela dejó de lado sus clásicos almuerzos para dedicarse de lleno a las cenas de los sábados, la actriz se puso al frente de su propio programa en la pantalla chica y se luce cada fin de semana.
En esta oportunidad Juana Viale sorprendió al realizar un fuerte descargo sobre uno de los temas más candentes de la farándula argentina: el triángulo amoroso entre Wanda Nara, la China Suárez y Mauro Icardi. La conductora se mostró harta de este escándalo y apuntó duramente sobre el tratamiento que la dan los medios de comunicación.
«A mí ya me agotó el tema, pero me agotó a niveles que… no quiero ni que me aparezca, no me importa más. A mí me da mucha pena lo de las criaturas. Mucha pena, me agotó», manifestó Juana Viale muy molesta. Con ella coincidió una de las invitadas, Flor Otero: «Es lo que pasa cuando muere alguien, todos salen con la foto… como queriendo pertenecer. Hay un morbo como muy extraño por detrás».
Connie Ansaldi se sumó al debate y dejó una fuerte reflexión: «También uno se tiene que hacer cargo de lo que está eligiendo… a las mujeres sobre todo les digo que se amargan del cuerpo que tienen y están todo el día viendo fotos de mujeres en bikini, cosas que no te podés comprar… ¡Jodete!”.
“La comida del cerebro es la información que le damos. Si yo estoy todo el día consumiendo contenido basura, que no me suma en nada, mis pensamientos, mis redes neuronales se construyen de eso. Mi validación se construye de eso. Uno se tiene que hacer cargo de lo que está mirando», lanzó sin pelos en la lengua Connie Ansaldi.
Propuesta teatral
Invitada a la mesa de Juana Viale, Flor Otero habló de la obra que protagoniza, Personas, Lugares y Cosas. «Ahora nos vamos al teatro Astral… nos vamos los martes con Personas, lugares y cosas. Superaron cualquier expectativa que teníamos con la obra, que a todas nos interesaba hacer, con una temática muy fuerte. Hablando de adicciones, hablando de salud mental».
«Es una obra que es de un autor británico, dura dos horas sin una figura comercial. De pronto la gente se volvió loca. Había algo que jamás habíamos ambicionado… mucha gente empezó a llevar amigos y a decirle ‘che, necesitás ver esto’. Empezaron a venir terapeutas, personas en comunidad, grupos de adicciones», contó.
