El Club Atlético Ituzaingó, recientemente ascendido a la Primera B Metropolitana, recibió una buena noticia hoy en medio de la incertidumbre judicial que atraviesa: debe pagar una demanda millonaria a la deportista Constanza Garrone según determinó la justicia.
En ese contexto, la dirigencia del León fue recibida por Claudio ‘Chiqui’ Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), quien se comprometió a realizar un aporte económico para garantizar que el club siga con sus puertas abiertas.
“Fuimos recibidos por el titular de la AFA, Claudio Tapia, en virtud del juicio de público conocimiento que afronta nuestra institución. Por tratarse de un caso en el que se pone en juego la estabilidad del club, la conducción de la Asociación del Fútbol Argentino nos garantizará un aporte económico fundamental para afrontar dicha responsabilidad”, señala el comunicado que la entidad del oeste hizo público en su página web.
“En un contexto en el que se ataca a la actual gestión de la Casa Madre, y tratándose de un juicio derivado de una actividad que no es el fútbol, queremos agradecer enormemente este nuevo gesto en favor de nuestros clubes de AFA que nos permite, en Ituzaingó, seguir planificando el normal desarrollo de una institución que recibe a miles de chicos y chicas de la ciudad”, completaron desde el CAI.
En su texto, la comisión directiva también agradeció “la buena voluntad de la damnificada” en el juicio para llegar a un acuerdo que pueda poner fin al proceso legal en los próximos meses. Sobre ese tema no brindaron mayores detalles, pero el abogado del CAI, Guillermo Roldán Vergés, había revelado en una entrevista con Primer Plano que estaban intentando llegar a un acuerdo que le permita a la entidad hacer frente a la sentencia.
Un accidente ocurrido en 2011
Para recordar la dramática historia hay que remontarse a 2011, cuando Constanza Garrone era una adolescente y con 14 años practicaba gimnasia deportiva en el CAI. La joven estaba haciendo lo que se conoce en la jerga como salto de mortero, y en vez de caer parada impactó con el cuello, lo que le provocó una lesión permanente en su organismo.
Desde entonces se desplaza en silla de ruedas, lo que no le impide seguir sumida en el universo del deporte: el año pasado fue abanderada argentina en los Juegos Paralímpicos en París. Además, es Licenciada en Psicología recibida en la Universidad de Morón.
Cuando se confirmó su discapacidad permanente, la familia de la joven inició -en 2013- una demanda contra la profesora, que consideró no bregó por su seguridad- y en solidaridad con el club, que alquilaba el espacio para la práctica de la disciplina. Luego de un largo peregrinar, el Juzgado Civil y Comercial N° 8 de Morón condenó al club a abonar una cifra cercana a los 560 millones de pesos en concepto de resarcimiento por el daño que sufrió Garrone. A ese monto hay que sumarle alrededor de un 30% más por las costas del proceso y de los peritos que intervinieron.
Pese a que la actividad está todavía hoy en día concesionada, el juez Christian Mariano Magnoni determinó que las responsabilidades en la tragedia de la joven deportista fueron compartidas. Sin embargo, para Roldán Vergés esa figura no es correcta. “Yo estoy convencido que no hubo responsabilidad jurídica por parte del club, que no pudo haber hecho nada para evitar eso”, analizó.
“Es un riesgo propio de la actividad, que es una actividad sumamente riesgosa. Los lineamientos de nuestra defensa van por ese lado y eventualmente, en segundo término, si en el caso de que encontraran a alguien responsable la responsabilidad no sería del concedente, sino de la concesionaria. Pero fundamentalmente va por el lado del riesgo deportivo que asume un deportista que es cuasi profesional”, finalizó el letrado.