Una de cada dos familias compra en cuotas, al fiado o con tarjeta de crédito; una de cada tres está quemando sus ahorros para sobrevivir; y tres de cada diez piden prestado a sus amigos, familiares o incluso entidades bancarias. Todas esas penurias son las que están atravesando los argentinos para atravesar la era de Javier Milei.
La dramática radiografía del drama nacional no fue tomada por un partido opositor o por críticos a la gestión libertaria, sino por el Indec, que este martes difundió un dossier especial elaborado en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizada en el primer semestre del año. El relevamiento es la fotografía más acabada de cómo vive la sociedad argentina: se realiza en 31 conglomerados urbanos que suman alrededor del 65% de la población del país.
A partir de la EPH, los técnicos del organismo prepararon un informe en el que se preguntaron: ¿Cómo organizan su economía los hogares argentinos? ¿De dónde provienen los recursos para mantener el hogar? Si cambia el contexto socioeconómico, ¿se modifican las estrategias del hogar?
Ante la ausencia de nuevos ingresos monetarios, un 16,1% de los hogares del estrato de ingreso medio recurrió al uso de ahorros o a la venta de pertenencias como estrategia de manutención en el 1° semestre de 2025 https://t.co/nJ9CjcPmAb pic.twitter.com/UfN5uC2Qzp
— INDEC Argentina (@INDECArgentina) November 11, 2025
El resultado fue revelador, sobre todo cuando se indaga por la estrategia de manutención de los encuestados. El 82% tiene ingresos por trabajos remunerados. Además de ello el 35,7% tiene ingresos por jubilaciones y pensiones; el 14,6% percibe planes sociales, subsidios o ayuda en dinero; y el 9% recibe cuotas de alimentos o ayuda en dinero de personas que no residen en el hogar.
Además, el 7,3% recibe ingresos en especie (mercadería, ropa, alimentos) provistos por familiares, vecinos u otras personas que no viven en el hogar. Y un 6,3% los recibe del gobierno, de escuelas, la Iglesia y otras entidades. La suma supera ampliamente el 100%, lo que da la pauta de que la mayoría tiene dos o más fuentes de ingreso. Dicho de otra manera, sólo con el trabajo remunerado no alcanza para vivir.
La verdad aparece más cruda cuando los encuestadores preguntan por otras estrategias de manutención. Allí se concluye que el 50,9% (más de la mitad de la población) compra en cuotas o al fiado, con tarjeta de crédito o con libreta. Entre los que en otros tiempos pudieron armar algún colchón de reservas, el 37,4% gasta lo que tenía ahorrado.
En cuanto a los préstamos, el 16,1% los solicita a familiares y amigos, mientras que el 14,2% los pide a bancos y financieras. El 9,3%, además, vende sus pertenencias, es decir que se descapitaliza.
Dentro del estrato de ingreso bajo predomina el endeudamiento informal: el 22,5% solicitó un préstamo a familiares o amigos, mientras que el 13,9% a bancos o financieras en el 1° semestre de 2025 https://t.co/nJ9CjcPmAb pic.twitter.com/60XagA5im7
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El ítem de los préstamos también es ilustrativo de la fragmentación de la sociedad. “A medida que desciende el nivel de ingresos se incrementa la toma de préstamos. En el primer semestre de 2025 uno de cada cuatro hogares se endeudó. Y dentro del estrato de ingreso bajo, lo hizo uno de cada tres”, señala el informe. Aquí también hay una barrera social según la fuente de financiamiento: “En el estrato de ingreso alto y medio hay una mayor cantidad que se endeuda con entidades bancarias y financieras. Dentro del estrato de ingreso bajo predomina el endeudamiento informal, con familiares y amigos”. Esto revela las dificultades de un amplio sector social para acceder al crédito bancario.
Algo parecido pasa con la venta de pertenencias para sobrevivir. “Cuatro de cada diez hogares utilizaron ahorros o vendieron pertenencias en el primer semestre de 2025. Al igual que en la estrategia de solicitud de préstamos, es más frecuente en los hogares de menores recursos”, explica el documento.