La inflación porteña subió otro 2,2% durante octubre


La inflación en la Ciudad de Buenos Aires registró en octubre un incremento del 2,2%, según los datos oficiales del Instituto de Estadística y Censos porteño. Este resultado, idéntico al de septiembre, confirma un estancamiento en el costo de vida que frustra las expectativas oficiales de consolidar una tendencia declinante. Con este registro, la acumulación en los primeros diez meses del año alcanzó el 25,3%, mientras que la variación interanual se sitúa en un 33,6%, evidenciando la persistente presión sobre los precios.

El alza mensual fue impulsada fundamentalmente por cinco divisiones clave que, en conjunto, explicaron el 64,8% de la suba general. El sector de Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles fue el de mayor incidencia, con un aumento del 2,0%, aportando 0,40 puntos porcentuales al total. Este incremento respondió principalmente a las actualizaciones en los valores de los alquileres y los gastos comunes. Le siguió de cerca la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas, que registró una suba del 2,1%.

Alimentos, uno de los rubros más afectados por la inflación

Dentro del rubro alimenticio, los productos que más presionaron al alza fueron las frutas, con un incremento explosivo del 8,6%, seguidas por pan y cereales (2,7%) y carnes (1,7%). Paralelamente, los gastos en Salud se elevaron un 2,0%, impulsados por los ajustes en las cuotas de la medicina prepaga. El Transporte, por su parte, anotó un aumento del 1,9%, determinado por los ajustes en combustibles, aunque el incremento fue contenido por una marcada caída en los pasajes aéreos.

inflación comercio

Completa el quinteto de sectores críticos la división de Restaurantes y hoteles, que subió un 2,1%, reflejando el encarecimiento de los alimentos preparados en bares y casas de comidas. Este panorama generalizado de ajustes revela que el impacto de la devaluación en los precios fue acotado, pero no neutralizado, por el freno de la actividad económica. Al desagregar por tipo de bien, se observa que los bienes subieron 2,2% y los servicios 2,1%.

La situación descrita consolida un escenario donde la dinámica inflacionaria muestra signos de rigidez, lejos de la desaceleración que las autoridades económicas proyectaban. La recurrencia en las alzas de rubros esenciales como la vivienda y los alimentos configura un cuadro de tensiones constantes para el presupuesto de los hogares, sin visos de una solución inmediata en el corto plazo.